La carrera contra el tiempo para salvar a las ranas arlequín de Latinoamérica


  • Durante las últimas décadas, muchas especies de rana arlequín —género Atelopus— han sufrido graves declives poblacionales y extinciones, principalmente por culpa de un hongo. Hoy en día, de las 94 especies evaluadas por la UICN, 83 % están en peligro de extinción.
  • La Iniciativa de Supervivencia Atelopus es una nueva alianza de más de 40 organizaciones de 13 países que busca trabajar colectivamente para salvarlas antes de que sea demasiado tarde: alrededor del 40 % de las especies de Atelopus han desaparecido de sus hogares conocidos y no se han visto desde principios del nuevo milenio, a pesar de grandes esfuerzos para encontrarlas.
Los anfibios están en gran peligro con aproximadamente el 40 % de sus especies bajo alguna categoría de amenaza. Entre ellos, uno de los géneros que más preocupa es Atelopus, originario del neotrópico, cuya distribución va desde Costa Rica hasta Bolivia, extendiéndose al oriente hasta la Guayana Francesa. De las 94 especies evaluadas por la UICN, el 83 % se encuentran en la Lista roja de especies amenazadas . Es más, un 40 % de las especies de este género son consideradas como posiblemente extintas en la naturaleza y cuatro ya desaparecieron oficialmente del planeta.

Atelopus hoogmoedi. Foto: Jaime Culebras/Photo Wildlife Tours

El ataque mortal de un hongo

¿Por qué el género Atelopus fue uno de los más afectados por el hongo quítrido? Para el biólogo ecuatoriano Juan Manuel Guayasamín, esa es la pregunta del millón.Lo que se sabe es que el hongo empezaba afectando la piel de las ranas, causándoles luego muchos problemas fisiológicos, desde respiratorios hasta circulatorios. “Muchas de estas ranas mueren de ataques cardíacos por estrés asociado a la enfermedad”, dice Guayasamín, investigador de la Universidad San Francisco de Quito y también co-coordinador del Grupo de Trabajo Atelopus del Grupo Especialista en Anfibios de la UICN.


Para el biólogo lo que está claro es que el hongo está asociado con declinaciones y extinciones de más de 500 especies de anfibios. “Si hablamos de pandemias que tienen un efecto en la biodiversidad esta es la peor pandemia reportada en la historia, no hay un caso similar de un patógeno que infecte y afecte a tantas especies”, destaca.


Por otro lado, el biólogo comenta que es muy interesante que en los últimos 10 años varias especies que se pensaban extintas han sido redescubiertas, “aunque siempre se redescubren en densidades muy bajas y en pocas localidades, bajo escenarios que podríamos determinar como catastróficos”.

 Trabajo de campo de la Fundación Atelopus, Colombia. Foto: Jaime Culebras/Photo Wildlife Tours.

Un indicador de la calidad del agua
Como otros anfibios, las ranas arlequín son vitales para ecosistemas saludables. Sus renacuajos dependen del agua limpia y, debido a esto, su presencia indica agua de mejor calidad en un ecosistema, mientras que su declive o ausencia es a menudo el primer signo de un ecosistema en problemas.

Atelopus nanay. Foto: Jaime Culebras/Photo Wildlife Tours
Juan Manuel Guayasamín recalca que es urgente entender cuestiones cruciales como cuáles especies realmente están extintas, cuáles sobreviven, por qué sobreviven y si son más tolerantes al hongo. Este estudio debe hacerse en paralelo con actividades de protección “porque la situación es tan frágil que no sabemos qué va a pasar en el corto plazo”.

Estudiante(s): Nicole Ramírez Chiscul - 20210656

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